Las sonrisas y el aprendizaje no se detienen con Prudencio y sus amigos. Hoy fue el turno de la Escuela Carchi Imbabura de la parroquia Picoazá donde más de 300 niños y niñas se reunieron para aprender sobre los riesgos asociados con el juego y el manejo de elementos inflamables.
La iniciativa forma parte de una campaña en curso liderada por Bomberos Portoviejo, que tiene como objetivo reducir las preocupantes cifras de niños involucrados en incidentes relacionados con el fuego.
Uno de los mensajes clave transmitidos durante la jornada fue la importancia de evitar el juego con fuego y elementos inflamables. Además, se hizo hincapié en la precaución alrededor de las estufas y otras fuentes de calor en el hogar, recordando a los pequeños que no deben acercarse a estos dispositivos mientras están en uso.
La educación es la clave para la prevención, y esta jornada demostró que un enfoque interactivo y amigable puede marcar la diferencia en la vida de los jóvenes, empoderándolos para tomar decisiones informadas y seguras en situaciones potencialmente peligrosas.
